sábado, 18 de noviembre de 2017

El legado de la Piedra de Cristal; Diario de Terion




Terion es uno de los personajes del grupo de héroes que está enfrentándose a la aventura que estoy relatando en las ultimas entradas del blog.  Está algo fastidiado por una pequeña maldición de licantropía que le corroe por dentro y en unos días, si nada lo impide, con la próxima luna llena, veremos su probable transformación en hombre-rata.

Uno de sus grandes sueños es escribir un libro de sus grandes aventuras.

Por ahora, tenemos un diario de su pluma, que con algunas inexactitudes relata sus ultimas peripecias por el Valle del Viento Helado.

Disfrutadlo;

Día 26 de Septiembre:

Hoy no me siento en el mejor estado de salud para escribir, pero cuando salí de Waterdeep, me prometí plasmar en este diario cada una de mis aventuras, para luego poder contarlas como es debido en mi libro.

Desde el encuentro de esta mañana con El Flaco mi fiebre ha ido mejorando, pero pese a la mejora, a estas alturas estoy bastante seguro de haber sido infectado por la maldición de ese malnacido. Así se pudra y arda en el más profundo de los 9 infiernos. La noche de luna llena se acerca, y casi no me quedan dudas de que esa noche voy a sufrir una transformación.

Mitham me ha dicho que no puede ayudarme, pero quizás haya algún chamán, curandero o sanador en la tundra capaz de ayudarme. Debo hablar con Bruenor, sé que puedo hacerle ver la gravedad de la situación, pero también mis posibilidades de librarme de la maldición si sobrevivo a esta primera noche. He leído lo suficiente para saber que con magia divina me puedo deshacer de la licantropía, y es cuestión de tiempo que podamos dar con alguna persona con suficiente poder para ayudarme. Mientras tanto, creo que nuestra mejor opción es que esa misma noche me aten y me vigilen para asegurarse de que todo está bajo control.
Con la vigilancia adecuada, sé que no haré daño a nadie, y después de esa noche, tendremos un mes hasta la próxima luna; tiempo más que suficiente para librarme de esta horrible carga.

Pese a mi fiebre, hoy había mucho que hacer, y el día ha sido una auténtica locura. Hemos podido rescatar a Duvessa Shane, pero en el proceso casi perdemos a Anry, y he temido seriamente por Caylin, que ha sufrido la mordedura de otro de esos hombres-rata. Pero vayamos por partes…

Lorch ha decidido volver a Brynn Shander antes de que cayese la tarde para informarnos de la dirección en la que iban los piratas Luskanitas que vimos abandonando la ciudad poco después de nosotros esta mañana. Este tema no me preocupa muchísimo; parecían dirigirse a Esthaven, pero Hengar sigue esperando nuestra llegada en el bosque, le hemos prometido salir mañana por la mañana en busca de su gente, y pretendo mantener esa promesa. No le libramos de una muerte segura en una estaca para dejarle ahora morir en la tundra.

Después de hablar con Markhan, le hemos hecho ver que los Luskanitas son un verdadero problema, y que otros licántropos podrían estar amenazando la seguridad de la ciudad. Conscientes de la gravedad de la situación, hemos decidido ir a hablar directamente con Duvessa Shane, pero esos desgraciados Luskanitas nos habían tomado la delantera…
Un niño nos entregó una nota cuando nos dirigíamos a la residencia de la portavoz, y en ella, la propia Duvessa nos instaba a quedar en otro lugar más seguro; el salón de consejos de Bryn Shander, dado que ella notaba que estaba en peligro, y era preciso mantener la discreción.
Pero nosotros no supimos ver el peligro… estúpidos y ciegos, no fuimos capaces de ver que estábamos corriendo de cabeza directos a una trampa de los piratas.

Nos emboscaron en el salón. Nos esperaban allí escondidos algunos de los malditos piratas Luskanitas, preparados para acabar con nosotros. Pero pese a nuestra falta de precaución, conseguimos terminar con ellos.
Cada día confío más en las capacidades de mis compañeros; Caylin maneja sus espadas con una destreza sorprendente, Bruenor pese a su constante estado de malhumor, parece tener un grandísimo corazón bajo la armadura, y me ha sacado ya de un par de situaciones de muerte segura, y Lorch y Anry son mucho más de lo que su estatura deja ver.

Conseguimos sacar información a uno de los emboscadores, para saber donde encontrar a Duvessa, y quien podía andar detrás de todo este asunto. El pobre infeliz nos dijo que la tenían presa en las oficinas de Vaelish Gant. Hemos decidido hablar con Markhan antes, y ahora mismo tenemos algo de manga ancha para actuar por el bien de la ciudad; por suerte para Bryn Shander, puesto que las fuerzas de seguridad aquí parecen desbordadas por la situación actual.

Ha sido entonces cuando casi perdemos a Anry. Por segunda vez en el mismo día, nuestra falta de precaución nos ha puesto en grave peligro. Un glifo custodio preparado para freír al primer incauto que se acercara a la oficina ha pillado desprevenido a Anry, y poco después incluso ha caído inconsciente. De nuevo, algunos de los piratas de El Flaco nos esperaban allí, con uno de esos apestosos hombres-rata, e incluso una criatura de una especie que no había visto nunca antes pero de la que sí he leído, usado habitualmente como familiar de usuarios de magia.
Caylin ha sufrido una mordedura del hombre rata que estaba allí custodiando a la portavoz, pero por lo que he podido ver, no ha sufrido de la misma fiebre que me ha afectado a mi tras la mordedura de El Flaco. Quizás este hombre rata no resultaba tan temible, o quizás Caylin es más resistente que yo (lo cual es muy posible); pero lo cierto es que no creo que esté infectada.

Después de liberarla, Duvessa nos ha contado sus sospechas sobre Vaelish Gant, confirmando así las nuestras propias, y poco después todo ha quedado bien claro, cuando en el camino de vuelta al salón de consejos, Vaelish se ha aparecido ante nuestros ojos, básicamente declarándose culpable de esta trama en la ciudad, y amenazando con hacer caer a sus pies al resto de las diez ciudades sin que pudiéramos hacer nada para impedirlo.
Antes de poder lanzarnos encima del muy bastardo, ha desaparecido en un haz de luz mágica, y
sé lo suficiente para darme cuenta de que esa clase de magia no está al alcance de cualquiera. Vaelish Gant esconde unos pocos trucos debajo de la manga, trucos de gran poder… es obvio que debemos andarnos con ojo.

Como dije, el día ha sido una locura, y estoy alargando esta entrada del diario más de lo necesario. Debo descansar, dormir, y recuperar fuerzas. Mañana a primera hora tenemos que salir en busca de Hengar para acompañarle hasta su tribu, aunque antes me gustaría por fin poder echarle un vistazo al cristal negro que adquirí en el mercado poco antes del ataque de El Flaco. La joya cada vez me fascina más, y quiero saber que misterios oculta. Pero tras eso y un buen desayuno, debemos partir, y con suerte encontrar a alguien que pueda ayudarme mientras ayudamos a la Tribu del Alce.

Día 1 de Octubre:

Llevo varios días con ganas de coger la pluma y añadir unas palabras al diario, pero ha sido bastante complicado. ¿Cual es el sentido de llamarlo diario de Terion, si no escribo cada día? Mis crónicas han de ser documentadas a menudo si quiero escribir luego un verdadero éxito de ventas.

Como iba diciendo, estos días han sido complicados. Desde que salimos de Bryn Shander hace 3 noches, el frío ha ido creciendo a cada hora, hasta alcanzar un punto claramente antinatural. En algún momento he pensado que iba a perder la cordura por el frío, que me atenazaba los músculos y penetraba hasta los huesos.
Estábamos acompañando a Hengar hasta el asentamiento de su tribu, tal y como le prometimos. Pero el frío no ha sido nuestro único acompañante en el camino...
Antes de salir de Bryn Shander, algunos de esos malnacidos Luskanitas me intentaron tentar con palabras vacías y envenenadas para unirme a su clan de roedores apestosos. Obviamente sus ofertas han caído en saco roto, ya que mi único interés con ellos es hacerles pagar por lo que me han hecho. Mi respuesta no les ha debido gustar, porque han estado siguiéndonos a una distancia prudencial durante todo nuestro viaje. Pero esta noche hemos solucionado ese pequeño problema…

Pero bueno, me estoy adelantando de nuevo a los acontecimientos, en lugar de ir en orden cronológico como debería; Veamos si soy capaz de poner en su lugar todo lo que quiero escribir esta noche.

Cuando hemos llegado al asentamiento de la Tribu del Alce, la imagen que nos ha dado la bienvenida no era la que esperábamos. Una columna de humo se elevaba en el firmamento, y de una forma que no auguraba nada bueno. Ante nuestros ojos hemos encontrado una aldea desolada y víctima de un ataque reciente.
Aparentemente la Tribu del Oso, vecinos más o menos cercanos de la Tribu del Alce, atacaron la aldea con un despliegue de valentía y ferocidad muy poco habitual en ellos. Probablemente la Reina de Hielo tenga algo que ver en esto. Es difícil estar seguro, pero parece que estos bárbaros están impulsados por algo más que su propia motivación. Sospechan en la Tribu del Alce que hacen uso de brebajes y malas artes para propulsarles al combate, convirtiéndoles en oponentes más feroces y peligrosos de lo normal.

En cualquier caso, esta buena gente nos ha pedido ayuda para poder salvar a los prisioneros que se llevaron, y aunque ha habido un momento preocupante donde una mitad del grupo parecía dispuesta a ayudar, pero la otra mitad parecía más preocupada por otras cosas, hemos dado nuestra palabra para marchar junto a algunos guerreros supervivientes de la tribu, y rescatar a los prisioneros. Por lo que nos han contado, el asentamiento de la Tribu del Oso se encuentra a algo más de medio día de camino de aquí, en un glaciar junto a unas aguas termales.

Sin embargo, antes de hacernos cargo de esto, debíamos hacernos cargo de los Luskanitas que teníamos pegados a las faldas…
He explicado a mis compañeros lo preocupante que era la situación. No sabíamos cuáles eran las intenciones de los piratas, pero sí que podíamos saber que no eran buenas. Si esta gente tenía intención de hacernos daño, solo iba a ser peor dejarlos campar a sus anchas hasta que nos encontraran en un momento en el que estuviésemos más desamparados o débiles.
Todos han parecido ver un razonamiento lógico en mis palabras, y acompañados de Hengar y un explorador de la tribu, les hemos rodeado en el montículo en el que se parapetaban, y hemos acabado con todos ellos. Aun así, hemos pagado un precio por ello.
Bruenor fue mordido durante la refriega, y ahora está infectado también. Temo que de no haber lidiado con ellos esta noche, el resultado hubiese sido peor; no me extrañaría haberme despertado una noche en mitad de la oscuridad, y encontrarme con esas ratas clavando los colmillos a mis compañeros mientras dormían, y ahora sé que eso ya no es una preocupación.
Sin embargo, un nuevo motivo de preocupación resurge…
Tal y como tenía planeado, hablé con Bruenor durante el camino, exponiéndole mis temores respecto a mi primera conversión, y apelando al sentido del deber y la lealtad que yo sé que esconde tras su semblante serio. Durante nuestra charla, quedamos en un plan de acción para la primera noche de luna llena, pero ahora la cosas han cambiado.
Le pedí que me ataran y vigilaran, para asegurarse de que no iba a ser un peligro para el resto del grupo durante la luna llena. Pero ahora él tendrá que ocupar unos cuantos metros de cuerda, al igual que yo. A estas alturas, creo que mis esperanzas con los chamanes de los bárbaros han desaparecido por completo, pero sé que el mismo Bruenor puede ser capaz de librarse de nuestra maldición, si sigue expandiendo sus conocimientos y su poder como clérigo al servicio de Clanggedin. Solo es cuestión de tiempo que él mismo, o alguno de sus contactos sea capaz de ayudarnos. No pierdo la esperanza.

Ahora solo falta una noche más para nuestra conversión, y es necesario que lo tengamos enteramente presente. Pero antes de eso… debemos descansar, y prepararnos para lo que nos espera mañana. Vamos a necesitar de todas nuestras fuerzas para enfrentarnos a los guerreros de la Tribu del Oso.




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